Su lanzamiento simboliza el cuadragésimo aniversario del Minimoog, y es por ello que se presenta como una suerte de (nueva) incluyendo en este caso algunos extras que lo acercan a la casta de sus legendarios Modular Systems. Para ello incorpora un conjunto de punto de conexión que incluye:
- 20 salidas CV (pitch del teclado, envolvente del filtro, ondas cuadradas y triangular del LFO, rueda de modulación, posiciones de la superficie táctil, S&H, etc)
- 10 entradas CV (onda y pitch del los osciladores, volumen y pan del VCA, cut off del filtro, ratio del LFO, S&H, etc)
- 3 salidas tipo gate (teclado, superficie táctil y ribbon)
- 4 entradas tipo gate (input y release del envolvente, sincronización del LFO y gate para S&H)
- 3 multiplicadores de 4 puntos
- 2 atenuadores activos (similares a los del expander VX-352)
- Mezclador de 4 entradas
- Lag processor
- 2 buses de modulación
- LFO 2 (sincronizable con midi, con una entrada de control CV y dos salidas independientes)
Además del teclado de 61 teclas del mismo nivel de calidad que los modelos anteriores, el sintetizador incluye un ribbon controller de 50 cm de longitud posicionado en el centro del aparato sobre las teclas que cuenta también con salidas cv y gate. Por lo demás, todo apunta a que es el Voyager de siempre junto con las extensiones VX-351, VX-352 y CP-251 incluidas en una nueva carcasa pero sin otras características tan demandadas por los fans como una mayor polifonía.
El precio, aunque elevado, prácticamente se correspondería al de un Voyager Performer junto con las mencionadas ampliaciones, sin embargo no deja de ser una fuerte inversión ante la que más de uno dudaría (por ese precio casí se puede adquirir un Moog Voyager junto a y un Alesis Andromeda o un buen sistema moduloar, aunque sin ser Moog). Eso sí, no deja de ser una auténtica obra de arte que, encima, sonará a trompetas celestiales y será capaz de proporcionar innumerables horas de diversión y gozo.
Vía Moog Music y Synthtopia
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