Acabo de vender mi
Korg MS 2000. No es que no me gustase su sonido, limpio, agresivo y fiable como pocos, o que me sintiense limitado por sus escasas 4 voces, muy aprovechables y a menudo más que suficientes, o que no le diera uso, porque precisamente grabé hace poco una serie de piezas en las que su participación era fundamental. Simplemente ha sido una víctima circunstancial de la manifiesta falta de espacio en mi estudio y que, por uno de esos impulsos, me animé a ofrecerle esta máquina a otro músico que, me consta, dará buena cuenta de él. Con motivo de esta venta me he podido permitir, en los últimos días antes del envío, hacer lo que no hice cuando lo adquirí, grabar algunas demos de su espectacular sonido.
Como ya mencioné en
este artículo cuando llegó a mis manos hace casi dos años, el MS2000 es una máquina flexible y potente como pocas, con un sonido que imita al de los sintetizadores analógicos con una calidad bastante envidiable para el momento en el que salió al mercado (año 2000), uno de los vocoders más flexibles y un secuenciador de 16 pasos (y hasta tres secuencias) muy intuitivo y cómodo. Lamentablemente dicho secuenciador no es capaz de enviar señales por midi y por lo tanto no puede mover máquinas externas (como sí hacen el
Polymorph y el
Evolver). Aunque su más popular limitación son sus ya mencionadas 4 voces, lo que a mi personalmente nunca me ha supuesto un problema aunque sí me ha parecido deseable contar con más (¿y quién no?). Supongo que de ahí viene mi idea (y la de muchos) de actualizarme tarde o temprano a su hermano mayor, el
Korg Radias, que pese a contar con la misma limitación en su secuenciador, proporciona un total de 24 voces, dos filtros y algunos efectos extra que el MS no posee.
Dado que el MS 2000 trataba de imitar a modo de celebración el éxito del
MS20, no podía faltar la flexibilidad que el modelo original ofrecía respecto a modulación. Pero claro, el modelo original era semimodular, asi que con este tuvieron que invertarse una alternativa que llamaron Virtual Patch. En esencia no es otra cosa que la típica matriz de modulación que todo buen sinte debe tener implementada pero que, en este caso, permitía un control inmediato gracias a la cómoda paleta de controles que ofrece su interface. Dicha matriz, sin ser realmente nada del otro mundo,permite crear hasta 4 patches simultáneos capaces de generar marcianadas realmente épicas. También puedo destacar su delay y el phaser, aunque no puedo hacer lo mismo de su vocoder, ya que nunca llegué a probarlo (ventajas de no necesitar uno, supongo).
Dada la falta de tiempo que he acusado en estos días, en los vídeos que adjunto con este artículo no me he podido permitir demostrar en profundidad algunas de las características que estoy ensalzando aquí, pero sí he querido al menos registrar algunos de sus sonidos más populares y destacar su gran filtro y su secuenciador. para ello he preparado este par de montajes y me dejo otro par para un segundo artículo que publicaré más adelante esta misma semana.