jueves, 5 de agosto de 2010

Yamaha TG33

Y seguimos con Yamaha, esta vez con el Yamaha TG33, un aparato del año 1990 que vendí recientemente tras pasar tres años en mi estudio. Como acostumbro a hacer, poco antes de su venta grabé unos cuantos vídeos que el otro día por fin me animé a mezclar, de manera que he conseguido resumir bastantes de sus sonidos en un par de vídeos de 10 minutos cada uno que creo son una buena muestra del sonido de esta máquina. Máquina, por cierto, a menudo subestimada pero que a mi juicio no suena nada mal pese a que su motor AWM se base en muestras de 12bits. Tras su uso opino que este pequeño bicho puede ofrecer bastante juego en estilos como el Ambient y el New Age, además de los siempre asociados Industrial y Dark Ambient, especialmente pos las muchas variaciones que se pueden realizar en tiempo real con el joystick sobre cualquiera de sus parámetros.



Recordemos que, además, esta versión desktop del Yamaha SY22 ofrece también síntesis FM, lo que unido a su capacidad de síntesis vectorial lo convierte en un raro híbrido capaz de generar auténticas marcianadas sonoras. Tanto El SY22 como el TG33 fueron creados por la gente que estuvo implicada en la creación y diseño del Sequential Circuits Prophet VS y del Korg Wavestation, cosa que se puede reconocer con cierta facilidad por la similitud de algunas de sus formas de onda y en las curiosas transiciones que podemos obtener (y grabar) mediante el joystick. Mientras, el motor FM se encarga de proporcionar brillantez y un toque metálico muy en la línea de los famosos DX.



En ambas demos tiro de presets y me concentro sobretodo en los sonidos tocantes con mi estilo habitual, por lo que mayormente se trata de pads, texturas, campanas y ruidos acompañados de algo de edición con el joystick. Edición que muy a menudo se limita a mezclar las capas, aplicar efectos o manipular algún parámetro. Como de costumbre, la reverb viene a cargo del DAW mientras grabo el resto del sonido es del sintetizador.

Por cierto, también grabé un vídeo en el que trataba de mostrar el proceso de edición de uno de sus sonidos pero además de ser aburrido (aun más), las oscilantes condiciones lumínicas de aquella tarde tormentosa acabaron por impedir que se viera con claridad lo que hago, por lo que lo acabé borrando. Una lástima.

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