Neurotransmitters es el más reciente trabajo de mi buen colega
Landru y lo que supone su primera incursión en el género ambient. Se trata de un trabajo altamente conceptual basado en los compuestos químicos liberados por las neuronas durante su proceso comunicativo, la sinapsis nerviosa.
Los temas de este álbum, a menudo abrigados por secuencias y ritmos de corte industrial y electrónico, se caracterizan en gran medida por ofrecer una vertiente poco común en este tipo de estilos, alejándose de los abigarrados colchones de pads y oscuros drones para acercarse a atmósferas casi minimalistas que le confieren un aire frío y limpio. Esto aporta un frescor poco habitual al género, lo cual es fruto de la experiencia del artista en tendencias más comerciales como el chill out o el tecno así como de los múltiples focos de influencia que demuestran una amplia educación musical.
Así, el álbum se inicia con Serotonin, un tema con un marcado ritmo a base de secuencias combinadas y un drone encargado de provocar una equilibrada tensión (propios de su función en el sistema nervioso), ofreciendo una atmósfera intensa e inquietante. El segundo tema, Acetylcholine, nos traslada a otro espacio mediante una percusión electrónica arropada por frases de pads y un sencillo pero efectivo drone que oscurece dramáticamente la escena. Histamine supone uno de los puntos más planeadores del álbum aunque también en cierto modo experimentales. Encontramos aquí una atípica fusión de pads expansivos junto a un ritmo casi cardíaco que acaba derivando en un convulso collage de sonidos delirantes que recuerdan a instrumentos de cuerda. Glycine aporta un pequeño respiro en la escucha aportando un soplo de aire fresco con cierto carácter étnico, subrayado nuevamente por unos pads de tremenda personalidad. Mientras, Dopamine provoca una sensación algo agridulce al combinar una secuencia de lo más sencilla con sonidos y melodías de tono mucho más sombríos.
Epinephrine y GABA, los dos temas siguientes, marcan la zona más planeadora y ambiental del álbum. El primero de ellos es un sosegado delirio de pads densos y expansivos cubiertos con una deliverada aspereza electrónica que ocasionalmente se ven visitados por sutiles secuencias y sonidos en la distancia. Por su parte GABA, principal neurotransmisor inhibitorio cerebral, aporta una zona de calma con casi 10 minutos exactos de pieza etérea, muy al estilo de Exuviae o Tom Brennan.
Y tras la calma llega la tormenta: Aspartate es el tema más agresivo del disco y muy probablemente mi favorito. Un marcado ritmo y un elaborado entramado de secuencias y frases son aquí los encargados de reforzar un microclima con un aroma cada vez más melancólico. Glutamate es, de nuevo un tema que resulta altamente inquietante por la atípica combinación de elementos, desde sonidos industriales hasta lo que recuerda a un sonar rodean a pads y leads en lo que podría ser la banda sonora de un cortometraje nórdico. El disco se cierra con Melatonin, el corte más eléctrico del álbum y que sin embargo vuelve a retomar aspectos ligeramente étnicos e industriales a la vez, sirviendo como excelente resumen de este singular trabajo.
Neurotransmitters es un álbum que destila un aire frío y fuertemente electrónico con una producción impecable y un sonido muy personal, por momentos más cercano a la obra de Pete Namlook u Orbital que a la de Brian Eno o Steve Roach. En mi opinión no podría esperarse un mejor primer trabajo para un género como el ambient, a veces tan difícil y exigente, en el que se agradece, como suele suceder a menudo, el frescor de quien aporta elementos más propios de otros estilos, abriendo a veces nuevas puertas.
Neurotransmitters está disponible en
Altera Orbe en formato descargable (Flac y MP3) por
7€ o en una preciosa edición limitada CDR por
10€. Más detalles en
landrumusic.com
