jueves, 7 de octubre de 2010

Klaus Schulze - La Vie Electronique 5 & 6

Los volúmenes 5 y 6 de La Vie Electronique salieron a la venta a finales del pasado mes de junio tras un largo retraso en la serie debido a problemas con la distribución, lo que ha llevado a trasladar la publicación de estos trabajos a otro sello. Tras este traspiés, no sólo salieron estos esperados álbumes si no que, además también han salido poco después el 7 y el 8. De momento aquí os dejo una reseña más o menos detallada (y espero no muy aburrida) de de los dos primeros volúmenes.


El material reunido en estos álbumes pertenece casi exclusivamente a la última mitad de los años 70, donde la tendencia de Schulze, similar a la de LVE3 y LVE4, oscilaba entre lo planeador, lo experimental y sobretodo las secuencias. Así, en el primer disco de la quinta entrega nos encontramos con Berlin Schöneberg y Vie de rève, dos grabaciones en vivo de largo desarrollo y muchas variaciones descompuestas en movimientos donde abundan casi todos estos aspectos. En el caso de Berlin Schöneberg, con una duración total de 24 minutos, la actuación evoluciona desde rápidas secuencias a pasajes oscuros y planeadores al más puro estilo de trabajos como Moondawn. Aunque la calidad del sonido en esta actuación resulta algo pobre, vale mucho la pena por su gran interpretación. A esta actuación, por cierto, pertenece también el excelente tema Darkest Steglitz, incluido en LVE4. Vie de rève es una grabación de su concierto en la Basílica de St Rémy en Reims, Francia, el 21 de abril de 1976 y personalmente se trata de unas de mis partes favoritas de este volumen. Una composición mayormente planeadora con numerosas melodías a base de Moog que va evolucionando hasta encontrarse con unas secuencias contundentes pasados los 30 minutos y que se extienden frenéticamente durante otros 15, para acabar bajando el pulso con Eteignez les lumières, el último movimiento.


El segundo disco contiene tres largas piezas, también en vivo. La primera de ellas, titulada Nostalgic Echo, comienza con una sugestiva secuencia que se asemeja a una alarma de coche acompañada por arpegios con guitarra acústica y una misteriosa voz apenas audible para después desembocar en una versión del clásico Stardancer de su álbum Body Love, rebautizada aquí como Don Quixote. La actuación finaliza, de nuevo, con una parte oscura y estática junto a una melodía interpretada con Minimoog y extraños efectos sonoros que se asemejan a pájaros. El segundo tema, Titaniche Tage, se abre con una secuencia muy pegadiza sobre la que Schulze construye densas texturas y melodías durante algo más de 20 minutos. Hacia el final se revela una parte más dramática y arrítmica que desemboca en un final ruidista acompañado, de nuevo, por la oscilación en forma de alarma que abría el disco. For Barry Graves es el último tema de este álbum. Se registró en el año 77 para el programa de televisión "Musik Extra 3" en el que actuó frente a una audiencia muy limitada. Según rezan los créditos del disco, la actuación debía durar exactamente 15 minutos, por lo que Klaus preparó un cronómetro para poder tocar con tiempo suficiente. El tema es musicalmente excepcional. Os dejo con un extracto del vídeo de esta actuación (que casi suena mejor que en el disco), aunque ya había salido antes por este blog:



El tercer disco es posiblemente el más duro de este volumen, con dos actuaciones plagadas de rápidas secuencias y pasajes de corte espacial, muy en la línea del famoso Moondawn, delirante y genial. La primera actuación, The Poet, se extiende durante más de 50 minutos donde más de la mitad de la actuación consiste en desenfrenadas y contundentes secuencias. The Oberhausen Tape, la otra pieza del disco, también funciona de forma similar arropada por numerosas variaciones y un fuerte ritmo a base de modular. La calidad de sonido de estas actuaciones es sencillamente excepcional.

El primer disco del volumen 6 se abre con The Other Oberhausen Tape, otro largo tema perteneciente a las mismas sesiones que en el tema anterior, aunque suena con un carácter muy distinto ya que se trata de otra versión de Stardancer aunque con un final alternativo. Nos encontramos después con Schwanensee, una delicada actuación divida en dos largos cortes, el primero basado, una vez más, en secuencias, aunque con un tempo bastante inferior a las del disco anterior, y la segunda en un terreno más planeador con un aroma espacial a la vez que romántico. Ambas piezas son brillantes. El último corte del disco, Fear at Madame Tussaud's, es un inquietante ejercicio experimental, oscuro y ruidista con marcado aire industrial que, por momentos me recuerda al Vangelis más atonal y extremo, lo que personalmente me encanta.


El segundo disco se compone de dos largos temas, Zeit Geist, una actuación completa que alcanza los 50 minutos dividida en 6 movimientos, e Inside the Harlequin, que devora los 26 minutos restantes del cd. En ambos casos se trata de actuaciones pertenecientes al mismo concierto en la catedral de St Michaels en Bruselas el 17 de octubre de 1977, y en ambos casos se trata de piezas cargadas de variaciones que alternan las secuencias con pasajes planeadores y dramáticas melodías monofónicas. En el caso de Zeit Geist, además, hay una batería real durante la primera mitad de la actuación, cosa que sólo sucede en este tema.

El último disco de LVE6 contiene una larga y majestuosa actuación titulada La Vie Secrète, una tranquila y oscura sinfonía en la que se consigue mantener el misterio a lo largo de sus 7 movimientos, donde las variaciones se suceden sin incurrir en secuencias frenéticas y la atmósfera parece sacada de una banda sonora. Después tenemos el tema Barracuda Drum, una corta variación del Fredrich Nietzsche de X con un principio muy oscuro y un abrupto final. El último tema, There was Greatness in the Room, es un fragmento de otra actuación suya apoyada en el drone de fondo del mismo tema anterior, también con un principio muy experimental y con la escalofriante voz de su colega Arthur Brown recitando alguna improvisación. El tema acaba de pronto debido a que se terminó la cinta que registraba la actuación. De todas formas, para quien guste, en el próximo volumen hay abundante material en esta línea...


En general, estos dos volúmenes ofrecen una buena colección de actuaciones en vivo pertenecientes a una de sus épocas más apasionadas y significativas. El sonido de casi todas estas grabaciones es sencillamente impresionante, pudiendo apreciarse con claridad muchos de los instrumentos, mayormente sintetizadores, de aquella época como el Minimoog, Moog Modular o ARP 2600 y Odyssey entre otros. Quedan atrás los órganos, guitarras y baterías con más presencia en sus anteriores volúmenes. Especialmente recomendable para los amantes de las secuencias veloces acompañadas de melodías y atmósferas planeadoras, amantes de álbumes como Moondawn y Body Love. Ah, por cierto, esta edición, que como dijimos ya no corre a cargo de SPV, si no por cuenta de Mig-Music, pese a mantener con exactitud la coherencia estética respecto al resto de la serie cuenta con un detalle estético especial: los cd's son totalmente negros, como los de los juegos de playstation, lo que les hace parecer, ahora sí, diminutos y modernos vinilos.

Tras el retraso sufrido en la serie entre los volúmenes 3/4 y 5/6, El ritmo de publicación de La Vie Electronique se ha recuperado y ya podemos adquirir también los volúmenes 7 y 8, publicados durante el verano, de los que pronto hablaré también. Respecto a los próximos volúmenes sólo se ha anunciado el 9 para el próximo mes de enero.

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